DESVANES Y TRASTEROS

orden-en-el-hogar


¿Tu garaje está lleno? Quizá ¿Aún guardas cajas, por abrir, desde tu última mudanza? Asimismo, ¿Tus hijos, usan su antigua habitación cómo almacén? O tú, ¿Guardas, aún, sus cosas de bebés? Tal vez ¿Tienes montañas de libros y apuntes escolares, adornos y recuerdos, que ni te acuerdas que existen? Si tu respuesta es un Sí. Te interesa este post.

Te doy las claves básicas, para REVISAR y DESHACERTE de todas esas cosas que acumulas y no sabes qué hacer con ellas. Voy hablarte del  trastero, o desván. Los dos espacios suelen ser para guardar objetos en desuso. La diferencia, está en la ubicación. El desván es la parta más alta de la casa, debajo del tejado. En cambio los trasteros, pueden estar en cualquier parte de casa, o en el garaje. Incluso, ahora, muy en boga, también puedes alquilar un espacio en una nave, en el extrarradio.

Pues, ¿Te imaginas, que ahorro, si les das una ojeada a tus cosas y decides ver con ojos críticos que elementos quieres guardar de verdad. Con la revisión crítica, valorarás, si tiene sentido acarrear con tal acumulación? Las cosas se acumulan en nuestra vida por una mudanza, por un deceso familiar, por un divorcio, por el paso del tiempo. Tal vez, porque las casas cada vez son más pequeña y necesitas un extra de espacio. Como puedes ver motivos y razones varias, te ayudan, sin tu quererlo, a aumentar el número de objetos a los cuales tienes que prestar atención.

El Orden Saludable o tener una vida con cierto equilibrio, depende de la cantidad de cosas que eres capaz de gestionar. Sin agobios, sin que te cueste dinero de más, sin que te robe tiempo, extra. Qué de eso sí escasea. La acumulación es un lastre seguro.

El Principio de Pareto nos dice que el 80% de todas nuestras cosas solo las utilizaremos un 20% de nuestro tiempo. Esto se traduce en: Cosas que te gustan, por bonitas y útiles un 20%,  más, enredos y apegos, el 80%. El argumento es válido para hacerte reflexionar, ¿no crees? Deshacernos de todo aquello que resta energía a tu vida y no te deja avanzar, este es el objetivo.

Llego el momento de #DESACUMULAR

Para empezar: En todo proceso de limpieza y orden, el momento del descarte, sin duda es el más difícil. Cuando no estás acostumbrado/a, a desechar, porqué te cuesta decidir, el proceso te implica emoción, sentimiento, duda, o por qué no, también un poco de miedo, al “por si acaso, lo necesito”. Entonces se convierte en un “mañana lo hago”.

Pero para DESCARTAR es necesario pasar por un poco de reflexión. Es la única manera de dar VALOR a lo que tenemos, en relación a como vivimos. Para acertar en el paso, solo tienes que preguntar a tu yo interno: ¿Me es útil? ¿Qué necesidades me resuelve? ¿Si lo descarto podré comprar otro igual? ¿Me transmite sentimientos positivos? ¿Me trae recuerdos importantes de mi vida pasada?  ¿Va con mi ideal de vida?

Es muy importante que tengas en cuenta: Descartar es un acto, INDIVIDUAL. Cada persona, cada miembro de la familia, puede hacer limpio de sus propias cosas, solo él/ella, sabe que sentimientos le transmite y que utilidad le aporta cada cosa a su vida diaria.

Segundo paso: Todo lo que se quedo en el camino del Descarte, que no pasó la prueba de las preguntas, se destinará al lugar de reciclaje y de residuo correspondiente. Así que hazte con cajas, o bolsas gruesas de capacidad extra, y a llenar se ha dicho. Si no quieres hacerlo tu y prefieres pagar, recuerda que hay empresas que te vienen a recoger los residuos. Los muebles y otras cosas, algunos municipios, también tienen este servicio. Cada ciudad tiene los suyos, así que infórmate.

Tercero paso, guardar: Todo lo que se quedo con nosotros, después del descarte ¿cómo lo guardamos? Pues, con LÓGICA y PLANIFICACIÓN previa.

Los elementos más comunes, a guardar, son:

1. Puede que tengas montones de pequeñas cosas. Recuerdos, de eventos, viajes, fiestas anuales. Juguetes y aficiones.

2. Suele haber, ropa personal y del hogar que quieres conservar.

3. Herramientas de bricolaje, jardinería, electrodomésticos, que no usas, o que ya no funcionan.

4. Restos de antiguos aparatos electrónicos, vídeo, audio, y filmación, además de teclados, pantallas, cables y conectores, antenas, restos de aparatos de telefonía y ordenadores, juegos.

5. Libros, viejos (no antiguos) enciclopedias desfasadas, trabajos escolares, apuntes, cajas con fotografías. También, colecciones de toda índole.

6. Además de, muebles de familia o infantiles.

Haz categorías de enseres. Guárdalos por familias, en contenedores iguales, transparentes, fáciles de limpiar, etiquetando el contenido, o con un inventario. Hoy lo más fácil es hacer una foto, así ya no tienes que rebuscar.

Apila las cajas por orden de su posible necesidad, lo menos debajo y lo que puede que en algún momento necesites más a mano. Por ejemplo, si eres de hacer teatros, carnavales, no pongas la caja de ropa a ras de suelo con otras cajas por encima.

Siempre ubicarás las cajas, si hay estantes arrimados a la pared. Sino, en modo rascacielos desde el suelo. No hagas muchas alturas, que luego, no puedas manejar.

Deja siempre pasos libres, entre cajas, no llenes todo el habitáculo, es peligroso.

Si hay que guardar elementos deportivos, bicis, pelota, o elementos de jardinería, busca ganchos y dispensadores adecuados, que hoy en día en ferreterías especializadas lo vas a encontrar. Usa está máxima: Todo lo que pueda ir colgado, va.

Los muebles. Ésta es mi parte favorita, porqué me dan muchas alegrías. He visto más de una vez, como piezas que pasan desapercibidas, tomando polvo y tiempo, con un poco de magia e imaginación, les hemos devuelto una utilidad, recuperando el protagonismo perdido.

Cuando acompaño algún cliente/as, en este ejercicio de desacumulación, te aseguro, que el resultado final de transformación personal de la clienta/e siempre, me emociona. No es fácil, enfrentarse a los recuerdos, a situaciones vividas, uno solo. Acompañado es menos duro. A la mayoría, es un hecho que da miedo, y no por pereza, sino por no saber por donde empezar, o si vas a ser capaz de tomar decisiones, sin culpa, ni remordimiento.

Los desvanes, trasteros, están llenos de tiempo pasado. A veces, es necesario, revisar todos esos elementos que arrastras. Hay que rendirles cuentas, para poder mirar, con optimismo, el futuro.

Según los japoneses, uno/a, tiene que reconciliarse con sus cicatrices. Es decir, con sus vivencias pasadas. Mostrarlas como una virtud de superación. En este caso, el de la desacumulación, es cerrar cicatrices con tus cosas. Por esto hay que revisarlas, una a una, para darles Valor. Aprender a Desprenderse de todo aquello que no nos representa para Construir nuevos caminos, para seguir creciendo.

En resumen hay que aprender a #DESACUMULAR, para RENOVARSE. Para conseguir Un Orden Saludable, de pies a cabeza, por fuera y por dentro. Ahora, llego el momento de vaciar el Desván y el Trastero. Así que, adelante!!

Si te gustan mis post. Te parecen útiles mis consejos, comparte la publicación para que más personas puedan usarlos. El saber, hay que compartirlo!

Si quieres consejo, necesitas una mentoría, escríbeme, ahora puedes contactarme, también por zoom o skype, me cuentas y busco solución a tu necesidad.

Sígueme en las redes, o sigue el blog, te espero!!

Gracias por leerme.

G.

 

Anterior
Anterior

ACTITUD, OBJETIVO y FLEXIBILIDAD EN EL TRABAJO

Siguiente
Siguiente

LLEGÓ EL CAMBIO DE ARMARIO