La pandemia nos dejo huella en la manera de relacionarnos con las estancias de nuestro hogar. Si hay algo de positivo en los días del confinamiento que vivimos, a finales de febrero 20, fue la transformación natural e imaginativa que hicimos del espacio de nuestra casas. Así, salones comedores se convirtieron en salas de juego, gimnasio, sala de baile, o espacios de creatividad. Las dormitorios transformados en biblioteca, en rincón de meditación, en espacio de trabajo, o en un spa improvisado. Ninguno de nosotros quiso renunciar a sus hobbies, y sus rutinas de ocio y aprendizaje.

Este hecho, no paso desapercibido, captado por técnicos y promotores en la construcción, que hoy en día ya contemplan en sus diseños nuevos usos del espacio. Decoradores, incluso Organizadores Profesionales, de espacios, entendimos esta transformación cómo una oportunidad para el uso y disfrute del hogar.

RE-FORMULAR NUESTRO HOGAR.

Cambiar de raíz la manera de contemplar el espacio, cambiar la normativa vigente, para dar paso a un sistema donde organizativo polivalente, práctico adaptable según cada momento vital de la personas que disfrutan del espacio.

Esta fue la lección que nos llevamos aprendida de esos días de encierro en casa.

En nuestra profesión lo percibimos a diario, desde aquel entonces pandémico que el gusto por el espacio es ahora, un factor importante a tener en cuenta. La idea de UN espacio, DISTINTOS usos es el nuevo reto. Contemplar la necesidad de adaptar los espacios interiores, y sus contenedores para almacenar cosas, priorizando un estilo de orden cambiante y fácil. Todo un reto que exige profesionalidad.

Por tanto, cada vez más veremos los nuevos hogares, tendrán espacios DIÁFANOS, POLIVALENTES, TRANSFORMABLES, ADAPTADOS a un sistema de orden, que tenga en cuenta acciones humanas tan importantes, como el cuidado del cuerpo con sus diferentes y múltiples opciones, el trabajo, la educación, la cultura, el ocio, la creatividad.

Además, nota importante que nos dejo la pandemia, es la necesidad de tener el goce de un espacio donde tomar el sol, cuidar nuestras plantas, sea, tanto en un balcón, cómo en una terraza el espacio da igual, lo importante es que corra el aire.

¿Cuántas casas, esos días de encierro, su única visión al exterior fue un patio de luces? - Impensable, Pero cierto.

En resumen. Hasta que no practicamos por obligación el #yomequedoencasa, para protegernos de la enfermedad, confinados en familia, en pareja, o en solitario, no fuimos capaces de percibimos aquello que nos era esencial. Un hogar como tal, una vivienda para que cumpla con su cometido, cobijarnos, protegernos y encontrar el disfrute con los que queremos.

Hasta ese temido momento, la mayoría, no nos dimos cuenta de la necesidad de dar valorar al espacio interior, la importancia de extenderlo hacia el exterior, valorando la cercanía a la ciudad, el coste, la zona. Ya no nos conformamos, aceptando de buen grado lo que hay en el mercado, porqué en el fondo, pasábamos pocas horas en casa, eso ya no es excusa. Nuestra casa, como alguien dijo, es mucho más que un lugar donde dejar el sombrero, en nuestro caso la mochila o cartera del trabajo.

Pues, llego el momento de REPENSAR la construcción de las casa, para poder hacer de ellas, un verdadero hogar. Un hogar adaptado a nuestras necesidades y preferencias.

EXIGIR CASAS FÁCILES DE TRANSFORMAR. Casas que se ADAPTEN a un ORDEN ORGÁNICO y CAMBIANTE. Así, me gustaría, a mí, que fuera el hogar del futuro. ¿Estás de acuerdo?

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